Mis pies comienzan a hacer un movimiento extraño.
Mis manos y mis brazos los siguen también.
Es un movimiento involuntario... y casi invisible.
Comienza a subir mi temperatura corporal,
puedo sentirlo hasta en las puntas de mis pies.
El calor me embriaga, me absorbe, me consume.
Mi cuerpo sucumbe ante tal atracción.
No puedo más y me dejo llevar.
Puedo sentir cada parte de mi cuerpo vibrar,
puedo sentirme vibrar.
La música empapa mi alma,
roza mi cuerpo, me envuelve completamente.
El golpeteo suena más duro que nunca,
suena también en mi pecho.
Mi cuerpo comienza a moverse
de una forma natural,
puedo sentir la pasión en mi.
La pasión por bailar.
Es una pasión natural, no importa que se tengan dos pies izquierdos. Es el hechizo del ritmo.
ResponderEliminarrealmente te gusta bailar...
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