26.2.10




"A lo mejor escribir no sea más que una de las formas de organizar la locura."


Isidoro Blaisten

25.2.10

Test de pollonalidad.

Hace algunos ayeres escribí en twitter: Hoy hice un test de pollonalidad. Bueno, ese día el profesor nos hizo 36 preguntas, cuyas posibles respuestas eran A) o B). Al final nos dijo las posibles pollonalidades, de las cuales teníamos que escoger la que (según nuestra pobre y estúpida forma de pensar) se parece más a la nuestra. Bueno, yo escogí tres: 2, 6 y 7. El profe me vio feo y me dijo: "Na' más una chamaca". Y pues, selecciones la que yo estúpidamente pensé que era: 7.

Hoy dieron los resulatdos.

"Su pollonalidad corresponde al tipo 8: El desafiador"


Así es, de entre las tres que (según yo) estaba, ninguna fue la correcta. A continuación, compartiré con ustedes mi resultado. (¿Por qué? Pues no'mas :D).


El tipo poderoso, dominante, seguro de sí mismo, decidido, voluntarioso y retador.


Miedo básico: Ser herido o dominado por otros.
Deseo básico: Protegerse, tener el control de su propia vida y de su destino.

Sanos: Asertivos, confiados en sí mismos y fuertes, los tipo Ocho sanos han aprendido a luchar para conseguir lo que necesitan y desean. Están orientados a la acción; tienen una actitud de "puedo hacerlo" y cuentan con una gran motivación interna. Les encantan los desafíos y son hábiles para iniciar proyectos; toman la iniciativa y hacen que las cosas ocurran. Son líderes naturales que los demás respetan y a quienes acuden en busca de orientación. Decididos, autoritarios y dominantes, los tipo Ocho sanos se ganan el respeto a través de ser honorables y utilizan el poder en forma constructiva defendiendo y protegiendo a la gente, actuando como proveedores, auspiciadores y promotores de causas nobles y empresas valiosas. En su mejor estado: se vuelven moderados, magnánimos, misericordiosos y tolerantes. Son capaces de dominarse a través de autodoblegarse ante una autoridad. Valientes, deseosos de ponerse en peligro para obtener lo que buscan y causar una influencia duradera. Pueden ser heroicos e históricamente grandiosos.

Promedio: A los tipo Ocho promedio les preocupa llegar a ser autosuficiente así como independientes a nivel económico. Son "individualistas recios," pragmáticos, emprendedores, trabajadores y muy audaces; les encantan las aventuras y correr riesgos para ponerse a prueba y reafirmarse. Empiezan a querer dominar todo el ambiente (incluso a la demás gente) y se vuelven enérgicos, agresivos, orgullosos, egocéntricos y expansivos: se convierten en "el jefe" cuya palabra es ley. Imponen su voluntad y visión en todo y no ven a los demás como sus iguales ni los tratan con respeto. Sienten que deben salirse con la suya y se vuelven confrontadores, beligerantes, amedrentadores y desafiantes al mismo tiempo que tienden a crear relaciones antagónicas. Todo lo convierten en una prueba de voluntad y nunca ceden. Utilizan amenazas y represalias para que los demás les obedezcan, para mantenerlos en desequilibrio y con una sensación de impotencia. Sin embargo, el trato injusto hace que los demás tengan resentimientos y existe la posibilidad de que se agrupen en contra de ellos.

Malsanos: Los tipo Ocho malsanos se aferran a su poder y quieren prevalecer con el control sin importar el costo. Se vuelven totalmente crueles, violentos, inmorales y despiadados, dictatoriales y opresivos. No admiten la culpa, ni el temor ni cualquier otro sentimiento humano. Comienzan a desarrollar ideas delirantes acerca de sí mismos y se sienten omnipotentes, invencibles e invulnerables. Cada vez se vuelven más temerarios y si sienten que están en peligro, pueden destruir con crueldad a todo aquel que no haya acatado su voluntad. Vengativos, salvajes, con tendencias asesinas y sociópatas.

Motivaciones clave: Desean tener confianza en sí mismos, probar su fuerza y resistir la debilidad, ser importantes en su mundo, dominar lo que les rodea y tener el control de todas las situaciones.

Ejemplos: M. L. King, Jr., FDR, LBJ, Mikhail Gorbachev, G.I. Gurdjieff, Pablo Picasso, Richard Wagner, Sean Connery, Susan Sarandon, Glenn Close, Russel Crowe, John Wayne, Charlton Heston, Norman Mailer, Mike Wallace, Barbara Walters, Ann Richards, Toni Morrison, Lee Iococca, Donald Trump, Leona Helmsley, Frank Sinatra, Bette Davis, Roseanne Barr, James Brown, Chrissie Hynde. Courtney Love, Fidel Castro y Saddham Hussein.




No sé si me encuentro entre el sano o el promedio... ¿o será en el malsano?

24.2.10

Alguien

Día: Miercoles (día ombligo)
Hora: 9:06 pm
Lugar: La sala (joao&javier)
Status: Pendejamente estupefacta


Ahí les va: Me encontraba feliz, o algo parecido a eso. Según Lewin o algún goei de esos que se inventan las teorías del comportamiento humano, todo comportamiento es causado (Pa' que vean que si aprendo en la escuela), así que este comportamiendo debió ser causado; por lo tanto: ¿La causa? Un gusto.

Si, sé que es estúpido, o no. Depende del ángulo desde que usted lo observe. Para mi, ahora, es estupido. Se preguntará por qué es estúpido, o no. Le contaré. Comencé a sustentar esta felicidad, en ese gusto. Hace poco que lo hacía. Y mi felicidad consistía, básicamente, en que ese gusto me permitía dejar atras otras cosas.

Hace algún tiempo me di cuenta que ese gusto no era "bueno", del todo, pues alguien más gustaba de lo mismo que yo. (Si hasta este momento no se ha dado cuenta que estoy hablando de un ALGUIEN, es tiempo que se lo diga: me gustaba ALGUIEN.) Y bueno, al parecer ese alguien gustaba de la otra persona y no de mi. O al menos así lo creo (me caga pensar en estas cosas). Y pues bueno, recientemente (hace como 6 minutos) descubrí algo acerca de ese alguien con el otro alguien. Y ya se podrán imaginar mi estado.

Así es: quiero gritar pero no puedo; quiero llorar, pero no puedo; quiero culpar a alguien, pero no puedo. Por eso me encuentro aqui, para poderlo escribir.





Y es en estos momentos cuando yo... ¡AMO MI BLOG!

23.2.10

Histeria

Si, eso es lo que me ocasionan ciertas cosas, unas más que otras; y como saben, este es el espacio (pequeño pero bonito) donde vengo a desahogar todos mis traumas personales (incluido este) y ustedes los leen (¡gracias!). 

Así que ahí les van las cosas que me poenen histérica (por no decir que me cagan), mucho muy histérica (por no decir me que cagan un chingo).

1.- Celulares en altavoz. ¡Oh siii!, me ha pasado como 138328966376 veces, he aquí la triste escena: voy comodamente feliz en el camión (6am). Alguien se dispone a escuchar música, toma su celular y... FUCUTUM! que se comienza a escuchar música sacada de quien sabe madres donde (usualemnte regueton, o como sea que se escriba esa cosa, la cual ODIO), en ALTAVOZ. Yo me pregunto, ¿por qué no usan audifonos? Y bueno, mi primera solución es ponerme mis audifonos y escuchar buena musica...pero, ¡OH SORPRESA!, la maldita música asquerosa se escucha aún con audífonos. LO ODIO 

2.- Carla. ¡Madre de Dios! No se ustedes, pero a mi me caga que escriban mal mi nombre. Digo, ni siquiera es difícil ni largo. Es de los nombres más pinches fáciles que hay, pero aún así, hay gente que lo escribe mal. Si en lugar de la bonita K usan la asquerosa C... Se que es común escribirlo con C, pero no, mi nombre (el mío mío mío) se escribe con ¡K!... ¿Lo peor de todo? Los que lo escriben mal se dicen llamar mis amigos. HDP

3.- Celulares/alarmas que suenan y suenan. Me re-choca estar en paz, y MOCOS! que comienza a sonar un celular... acto seguido: no lo contestan. Digo, probablemente no quieran contestar, pero es más fácil no tomar la llamada y ¡listo!, todos felices y contentos: yo no escucho su pinche celular suene y suene, y ellos no toman su llamada. O que tal las alarmas de coches que no estas ni a 1 metro y comienzan a sonar... pff y luego luego sale el dueño y se te queda viendo horrible como si te fueras a robar su mugre coche. Que no sea pendejo, si quisiera robarme algún coche no sería el suyo, eso de las alarmas mamonas y yo no nos llevamos.


Y por el momento, es de lo que me acuerdo (ah si, tambien me caga olvidarme de las cosas). Si estas leyendo, y has porvocado uno de mis momentos de histeria, permiteme decirte con muucho muuucho cariño: ¡Chinga tu madre!

Y a ustedes amiguitos míos, ¿qué es lo que los pone histéricos?

20.2.10

Julio y el ángel de la muerte

- ¿Esta usted listo para morir? -

Julio se retorcia en su cama; sentía frío, en el cuerpo y en el alma. Soñaba con algo que no había vivido, con personas que no había conocido, con lugares que no había visitado. 

- ¿Esta usted listo para morir? -

Julio comenzaba a despertar, pues sentía que alguien le observaba fijamente mientras le hablaba. Trataba de alzar los parpados, que parecían pegados con cola-loca o algún resistol de esos pega todo. Comenzaba a percibir algo parecido a un bulto blanco, a no más de 2 metros de él, justo en frente de la cama donde se encontraba durmiendo.

- ¿Esta usted listo para morir? -

No sabía muy bien si era parte del sueño, o no. Pero lo que antes era un bulto blanco, paso a ser un bien formado cuerpo humano. Si, era una hombre de casi 2 metros de altura, cuya vestimenta solamente consistía en una túnica blanca. 

- ¿Esta usted listo para morir? -

Julio se incorporó del todo, sintiendo temor de sus bienes y de su propia vida. El hombre lo observaba fijamente, y le dijo una vez más:

- ¿Esta usted listo para morir? -

Julio no lograba entender qué hacía ese hombre en su casa, en su cuarto, en su vida. No entendía cómo entró. Pero Julio sabía algo: conocía a esa persona. Si, Julio logró reconocer a la persona que le preguntaba incesantemente "¿Esta usted listo para morir?". Le parecía haberlo visto en otra ocasión, más no recordaba cuál ni dónde.

- Julio, ¿Esta usted listo para morir? -

"N-n-n-no, n-n-n-no lo-lo-lo-lo se... ¡No lo se!", contesto Julio, consternado. Pero en seguida cambio su estado de ánimo, que pasó a la defensiva:"¿Quién es usted?, ¿qué hace a estas horas en mi casa?, ¿cómo es que entró?, ¿acaso viene a asesinarme? Llévese lo que quiera, pero déjeme vivir."

- Lo que yo quiero es su vida, y me niega el acceso a ella. Entonces, ¿cómo supone que me lleve lo que yo quiera? -

El hombre, que hasta ahora no había cambiado de posición, caminaba alrededor del cuarto de Julio. Miraba sus pertenencias en forma despectativa. Julio no sabía qué hacer, aún se encontraba en la cama, semitapado con su sábana. Analizaba a quien, hasta ahora, parecía su rival, ideando una forma de escapar. A pesar de su altura, Julio era más fuerte que él (los meses de gimnasio habían dado resultado) y facilmente podría derribarlo y huir.

- Intentelo, quizá lo logre. Pero, ¿qué va a hacer si no lo logra? ¿Va a atacarme  con su sábana?, ¿o va a llamar a la policía?-

Julio no se lograba explicar lo que había ocurrido, "este tipo lee la mente", pensaba. Entendió que no estaba sólo, ni en sus pensamientos. Y se sintio, por segunda vez en la noche, totalmente desprotegido. Penso que se encontraba frente a un rival totalmente extraño, o tal vez no. Claro, por su tez blanca y su poder sólo podría tratarse de alguien: Edward Cullen.

- !Vamos Julio! ¡No cree eso de verdad! Valla que le han hecho daño esos libros que lee. Digo, las películas, se me olvidaba que considera los libros demasiado aburridos para usted. ¿Acaso no me recuerda? Si le he visto antes de salir del cielo. Sabía que algúndía vendría por uted, lo acordamos así. -

Julio se encontraba extrañado, este tipo decía conocerlo... ¡DEL CIELO! Esto debía de ser una broma. Si, si, si, si, eso debá ser una broma, y ¡muy mala! Claro, ahora recordaba una conversación que había tenído con unos amigos hace una semana, en algún bar de la ciudad. Sí, habían estado conversando acerca de la vida y la muerte, y Julio les había asegurado que el no encontraba a la muerte temible, que él había disfrutado su vida, que estaba listo para morir...

- Entonces, Julio, ¿esta usted listo para morir? -

"Ya-ya-a le dije que no lo sé. Y-y-y-yo estaba jugando ese día. Ya sabe, cosas que uno dice con lso amigos, para impresionarlos y esas cosas. Si vino por eso, se puede ir. Yo aún no estoy listo para morir." Contesto Julio.

- Julio, usted no ha entendido muy bien. A nosotros no nos interesa si usted esta listo o no, usted DEBE estar listo. Creímos que había quedado claro, se lo dijimos antes de llegar. "Julio, vas a ir por poco tiempo, debes estar listo para regresar en cualquier momento. Alguno de nosotros irá por ti. Aprovecha esta oportunidad". Al parecer, ha aprovechado muy bien su tiempo, tiene una bonita casa, un empleo con buena paga, un par de amigos. Julio, debería de estar listo. -  

"Pe-pe-pe-pero no lo estoy... aún no logro todo lo que quiero. Ni siquiera tengo familia... ¿quién se supone que me va a recordar cuando yo muera? No, no quiero morir... ¡no voy a morir!

- Julio, debería de saber que es muy tarde, y que la pregunta es solo cuestión de tramite. Pues, este listo o no: hoy va a morir. -















Y ahora mismo le pregunto:
¿Esta usted listo para morir?

11.2.10

Cubilete 2010

No tenía mucho tiempo que el Sol había aparecido en el cielo, o al menos sus rayos ya nos iluminaban, cuando escuche las palabras de Nora, una de las coordinadoras del camión: “Ahora si chavos, prepárense. El camión ya no puede avanzar más, así que desde aquí caminamos. Bajen lo necesario.”

Bajamos del camión. Lo primero: estirar las piernas después de más de 10 horas de camino. Me acomode la bufanda, la gorra y la mochila, miré hacia arriba y lo vi: Cristo Rey nos esperaba en lo alto del cerro. Pude notar que nos habían dejado un poco más lejos de los 16 Km que sabía que tendría que caminar, y sólo una pregunta predominaba mis cavilaciones: ¿llegaré hasta allá arriba?

Comenzamos a caminar, al ritmo de la batucada jarocha, que no se hizo esperar. Caminamos y caminamos al lado de los camiones de los otros estados, hasta que por fin llegamos a la explanada, la primera. Unas cuantas porras, un momento de oración, y ahora sí: ¡a subir al cerro!


“Ya no aguanto. Me duelen los pies, el Gatorade y los chocolates no parecen servir de mucho.” Era lo que pensaba en los momentos más fuertes y decisivos de la subida. No había comenzado a pensar en eso cuando escuchaba la voz de alguien: “Vamos que ya nos falta poquito. Ayúdame con la porra: Jaroooochoooos…”.

No supe cómo, ni en qué momento, llegamos a la explanada donde se realizaría la misa. Escuchamos misa, y recibimos el cuerpo de Cristo (a quien me disponía a ver de frente en cualquier momento). Y, aunque mi cuerpo ya no aguantaba, nos decidimos a terminar lo poco que faltaba para llegar a nuestra meta.

Caminamos un poco más y, sorpresivamente, me di cuenta que faltaban más de 100 escalones y una pequeña rampa. No lo dude y me decidí a subir. Mis piernas ya no respondían muy bien del todo, pero mi espíritu joven me animaba a subir, a verlo de frente.

Y lo hice. Camine hacia mí encuentro con Cristo, y felizmente puedo decir que: Lo encontré.

Si has leído esto y no has entendido el por qué, yo sólo te puedo ofrecer esta explicación: CRISTO VIVE.

¡Viva María Reina!

¡Viva Cristo Rey!

8.2.10

Siguiente pregunta, por favor.

No creí que llegara ese día. Lo temía desde hace muchísimo tiempo. Creía que a todos les pasaba, menos a mi. Me veía invencible por algo como esto, me creía invencible, me sentía invencible. Suponía que solo la gente debil sufría de este mal (estupidamente llegué a pensar que yo no formara parte de esta gran masa). Pero NO. Me había llegado el día, y desde entonces sufro de este terrible y asqueroso mal, que llego a mi vida para quedarse por más tiempo del que le había temido.

Me pregunto si era necesario que pasara todo este tiempo para darme cuenta de mi realidad. Así sucedió: un día mi realidad llamó a  la puerta y, estupida y torpemente, le abrí. Que tonta fuí, que pendeja fui, pues me hizo más daño que el frente frío al puerto. Más que el balazo a cabañas. Más que el temblor a Haití. Más que la violencia a Juarez. Más que Calderón a México. Más que la guerra a Irak. Más que la crisis a la economía mundial. Más que los Santos a los Potros. Más que mi madre a mi hermano.

Y para no hacer el cuento más largo, supongo que se han de preguntar "qué fue lo que pasó". Bueno, fue una pregunta que me hicieron (muy formalmente por cierto):

¿Ha estado usted enamorado?   











Siguiente pregunta, por favor.


6.2.10

Al lado del camino

¿Han tenido esa extraña necesidad de dejar de pensar, de dejar de atormentarte por las consecuencias (buenas o malas) de tus actos?, ¿Esa necesidad de dejar que la vida fluya y que tome direcciones que porbablemente tu no dejarias que tomara?

¿No?, bueno a mi me sucede constantemente, y prefiero pensar que no soy un raro espécimen sacado de un museo de vida natural e intergaláctica... al menos en esta cuestión. Se que soy rara en más de un aspecto, pero espero no serlo en este caso.

Me gustaría vivir, como lo dice el título, "al lado del camino". (Y si no lo habían notado, me inspire en la cancion de Fito Paez, o en el cover de esta muchachita que se corto el cabello... Ellan se llama). Sin preocuparme, como lo he hecho hasta ahora, sin ser metódica... dejarme ser espontánea no sólo por momentos, sino siempre. Pasar a ser parte de aquellos que he criticado tanto. Formar parte de aquella gran masa de gente que solo piensa en el aquí-yo-ahora, de esos egoístas y egocentristas que creen que el mundo se ha hecho para vivir sin amarguras, donde lo más importante y único son ellos y nadie más. De los que no les gustan los problemas y los evitan... los evitan porque ni siquiera los buscan, o ni siquiera se percatan que son problemas.

Sin duda al lado del camino es
más entretenido y más barato.
Pero no se vive igual.

4.2.10

Malas interpretaciones

Es algo loco lo que una mala interpretación puede causar. Un rompimiento amoroso, un despido, partidas de madre, desencanto, malas desiciones, años en prisión, etc. Puede desatar toda una Serie de eventos desafortunados (no, no el largometraje. Aunque parecieran sacados de una pelicula de bajo presupuesto, con buen guión y malos actores).

Pero, en fin. Yo hablo, escribo, me expreso, de la mejor manera. O mejor dicho, de la manera en que creo que ellos me entenderán. El problema es que nunca, nunca-nunca, tomo en cuenta sus malas, que digo malas, malísimas interpretaciones. O simplemente olvido el sentido que ellos les dan a ciertas palabras.

Y en ocasiones, como hoy, terminamos peleando.

1.2.10

Estoy tratándo de juntar toda la imaginación necesaria para poder escribir un post bien padre.












NO, no más no.