20.2.10

Julio y el ángel de la muerte

- ¿Esta usted listo para morir? -

Julio se retorcia en su cama; sentía frío, en el cuerpo y en el alma. Soñaba con algo que no había vivido, con personas que no había conocido, con lugares que no había visitado. 

- ¿Esta usted listo para morir? -

Julio comenzaba a despertar, pues sentía que alguien le observaba fijamente mientras le hablaba. Trataba de alzar los parpados, que parecían pegados con cola-loca o algún resistol de esos pega todo. Comenzaba a percibir algo parecido a un bulto blanco, a no más de 2 metros de él, justo en frente de la cama donde se encontraba durmiendo.

- ¿Esta usted listo para morir? -

No sabía muy bien si era parte del sueño, o no. Pero lo que antes era un bulto blanco, paso a ser un bien formado cuerpo humano. Si, era una hombre de casi 2 metros de altura, cuya vestimenta solamente consistía en una túnica blanca. 

- ¿Esta usted listo para morir? -

Julio se incorporó del todo, sintiendo temor de sus bienes y de su propia vida. El hombre lo observaba fijamente, y le dijo una vez más:

- ¿Esta usted listo para morir? -

Julio no lograba entender qué hacía ese hombre en su casa, en su cuarto, en su vida. No entendía cómo entró. Pero Julio sabía algo: conocía a esa persona. Si, Julio logró reconocer a la persona que le preguntaba incesantemente "¿Esta usted listo para morir?". Le parecía haberlo visto en otra ocasión, más no recordaba cuál ni dónde.

- Julio, ¿Esta usted listo para morir? -

"N-n-n-no, n-n-n-no lo-lo-lo-lo se... ¡No lo se!", contesto Julio, consternado. Pero en seguida cambio su estado de ánimo, que pasó a la defensiva:"¿Quién es usted?, ¿qué hace a estas horas en mi casa?, ¿cómo es que entró?, ¿acaso viene a asesinarme? Llévese lo que quiera, pero déjeme vivir."

- Lo que yo quiero es su vida, y me niega el acceso a ella. Entonces, ¿cómo supone que me lleve lo que yo quiera? -

El hombre, que hasta ahora no había cambiado de posición, caminaba alrededor del cuarto de Julio. Miraba sus pertenencias en forma despectativa. Julio no sabía qué hacer, aún se encontraba en la cama, semitapado con su sábana. Analizaba a quien, hasta ahora, parecía su rival, ideando una forma de escapar. A pesar de su altura, Julio era más fuerte que él (los meses de gimnasio habían dado resultado) y facilmente podría derribarlo y huir.

- Intentelo, quizá lo logre. Pero, ¿qué va a hacer si no lo logra? ¿Va a atacarme  con su sábana?, ¿o va a llamar a la policía?-

Julio no se lograba explicar lo que había ocurrido, "este tipo lee la mente", pensaba. Entendió que no estaba sólo, ni en sus pensamientos. Y se sintio, por segunda vez en la noche, totalmente desprotegido. Penso que se encontraba frente a un rival totalmente extraño, o tal vez no. Claro, por su tez blanca y su poder sólo podría tratarse de alguien: Edward Cullen.

- !Vamos Julio! ¡No cree eso de verdad! Valla que le han hecho daño esos libros que lee. Digo, las películas, se me olvidaba que considera los libros demasiado aburridos para usted. ¿Acaso no me recuerda? Si le he visto antes de salir del cielo. Sabía que algúndía vendría por uted, lo acordamos así. -

Julio se encontraba extrañado, este tipo decía conocerlo... ¡DEL CIELO! Esto debía de ser una broma. Si, si, si, si, eso debá ser una broma, y ¡muy mala! Claro, ahora recordaba una conversación que había tenído con unos amigos hace una semana, en algún bar de la ciudad. Sí, habían estado conversando acerca de la vida y la muerte, y Julio les había asegurado que el no encontraba a la muerte temible, que él había disfrutado su vida, que estaba listo para morir...

- Entonces, Julio, ¿esta usted listo para morir? -

"Ya-ya-a le dije que no lo sé. Y-y-y-yo estaba jugando ese día. Ya sabe, cosas que uno dice con lso amigos, para impresionarlos y esas cosas. Si vino por eso, se puede ir. Yo aún no estoy listo para morir." Contesto Julio.

- Julio, usted no ha entendido muy bien. A nosotros no nos interesa si usted esta listo o no, usted DEBE estar listo. Creímos que había quedado claro, se lo dijimos antes de llegar. "Julio, vas a ir por poco tiempo, debes estar listo para regresar en cualquier momento. Alguno de nosotros irá por ti. Aprovecha esta oportunidad". Al parecer, ha aprovechado muy bien su tiempo, tiene una bonita casa, un empleo con buena paga, un par de amigos. Julio, debería de estar listo. -  

"Pe-pe-pe-pero no lo estoy... aún no logro todo lo que quiero. Ni siquiera tengo familia... ¿quién se supone que me va a recordar cuando yo muera? No, no quiero morir... ¡no voy a morir!

- Julio, debería de saber que es muy tarde, y que la pregunta es solo cuestión de tramite. Pues, este listo o no: hoy va a morir. -















Y ahora mismo le pregunto:
¿Esta usted listo para morir?

3 comentarios:

  1. En este preciso momento sí.
    No me arrepiento de nada.
    He hecho lo que he querido
    Evite la tristeza lo más que pude y fui feliz.

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  2. Todavía no
    Al avanzar por el texto ya me daban escalofrios de no querer saber del final y si se presentó tan lejana la muerte con forma de escritura, sintiendo desolación, no quiero imaginarme su rostro

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