En la primaria

Hace rato venía en el camión, que, por cierto, parecía horno. Y de repente se subieron un considerable número de chamaquitas, todas chiquitas y flaquitas ellas; se que asisten a la primaria por que en su uniforme decía: PRIMARIA NO SE QUIEN MADRES IMPORTANTE DE LA HISTORIA. 

Tardaron mucho en subirse, por que, por si fuera poco, el camión venía llenísimo. Yo, como me subí mucho antes que ellas, venía sentadita, junto al pasillo. Se corrieron hacia atrás, y llegaron hasta donde yo estaba. Y fue justo en ese momento cuando una de ellas dijo:

¡NO MAMES!

Probablemente a usted no le escandalice esta palabra, o si. Pero en mi logró crear un estado extraño, entre añoranza y estupidez.

Recordé que cuando yo iba a la primaria estas palabras no existían en nuestro vocabulario, lo más fuerte era "bruto", "tonto", y si eras un rebelde sin causa "no manches". 

Al parecer los tiempos han cambiando. Cuando yo iba en la primaria, ni siquiera enseñaban computación o inglés, ahora hay escuelas que obligan a los niños a tomar 2 idiomas. No está mal, al contrario. Y me encabrona que en mis tiempos no fue igual. 

Cuando yo iba en la primaria la cooperativa era lo más chingón que existía, podías comer cosas que, probablemente, no te dejaban comer en casa. Ahora no, las cooperativas van a pasar a mejor vida, por ser proveedoras de comida "chatarra".

Cuando yo iba en la primaria lo más difícil era resolver las malditas divisiones con punto decimal, y claro no usaba calculadora, había que hacer la casita y todo ese desmadrito. Hoy, hacer una de esas divisiones se me hace muchísimo más difícil que antes, de hecho ya ni sé como madres se hacen, pero tengo un invento muy "sacalepunta": LA CALCULADORA.

En este momento recordé tantas pendejadas que hice en la primaria: le pegue a un chingo de niños, regañaba a otros; corregía a la maestra, por no saberse las tablas; se me olvidaba comerme las tortas que mi mamá me ponía y terminaban todas verdes después de un mes; me cagaban la madre los niños de la secundaria porque eran unos pinches mamones, los del bachillerato eran unos viejos para mí; y los de la universidad... espera, cuando iba en la primaria ni sabía que tenía que pasar por la universidad.

Ahora... ahora no le pego a nadie, los mando a la chingada; ahora no regaño a nadie, los pendejeo después de que la cagaron; ahora no corrijo a los maestros, ellos me corrigen a mí; ahora mi mamá no me regaña por dejar mis tortas, me regaña por no comer en todo el día; ahora me siguen cagando los niños de la secundaria (es la edad); ahora los del bachillerato me parecen jóvenes; ahora sé que si no voy a la universidad, probablemente, no llegaré muy lejos.

Como han cambiado las cosas.