¡Ja! Creo que esta no es la primera vez que escribo sobre mis miedos, quizás sea un tema bastante amplio para poder sacar textos de allí, de ese lugar recóndito, inaudito, terrible, obscuro, telarañoso, y demás sustantivos existentes e inventados que refieren a algo feo.
Si bien, mis miedos son varios y muchos, digamos que hay algunos especiales e "importantes". Hoy hablaré sobre uno de ellos: los cuchillos. [Si leyó el título, creo que ya estaba muy claro]
No se muy bien cuándo fue que comencé a temerle a los cuchillos, pero les puedo decir que es uno de mis miedos más cabrones. El miedo consiste básicamente a: No soporto que alguien que esté cerca de mi tenga un cuchillo en sus manos, incluso si son cubiertos.
Yo si los puedo usar, pero que alguien más los tenga no, incluso a la hora de comer. Raro, ¿no? Pero bueno, soy rara, ¿qué esperaban?
Es un miedo muy pendejo, igual que este post, pero saben algo, necesitaba escribir aunque sea esta pendejada. Porque no están ustedes para saberlo, ni yo para contarlo, pero pues si no leen y yo no escribo pues no hay blog.
Tengo un verdadero problema que tengo desde hace 3 días es que no puedo escribir un puto mail; un mail para una amiga, informándole cómo estoy. En verdad no se por dónde madres comenzar, no se qué escribir, no se cómo escribir. Y sin querer, ya llegué a uno de mis miedos más grandes: quedarme sin pinches palabras. Esto neta, ya está cabrón.
Y usted, ¿a qué le teme?
Este post no tiene ni pies ni cabeza,
pero no se espante, esto ya es usual.
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