21.11.10

Rescatando mis letras.

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     Tengo que confesarles algo y, la verdad, no es algo de lo que esté orgullosa: Yo tenía metroflog. No me juzguen sin conocer mis razones... esta bien no se por qué lo inicie, pero siempre he procurado escribir en algún lugar [léase: hojas en blanco, sillas, hojas de los demás, blog, tumlr, twitter, notas en FB, boletos de camión, servilletas, etc.] y pues allí se me ofrecía un espacio para escribir, y yo lo utilizaba.

     A veces lo usaba estúpidamente, como todos, pero otras tantas escribía cosas que valían la pena, y esto es lo que he rescatado de allí:

"Y porque así soy yo."
¿Enojona? Sí, y mucho. ¿Rencorosa? Tal vez; lo sé, es un mal habito y trataré de evitarle, pero tal vez no frente a ti. ¿Chismosa? Lo dudo. ¿Mujer? Hecha y derecha. ¿Divertida? Sí, lo soy. ¿Amigos? Pocos, pero de los buenos. ¿Hipócrita? Lo mínimo, si no me caes bien no lo disimularé. ¿No te gusta cómo soy? ¿Me quieres cambiar? Lo siento, aún no puedo, sigo siendo Yo. Aún sigo siendo yo.

Ya no quiero en sueños mirarte y poder tocarte, para después despertar y darme cuenta de la realidad. Se que nunca te voy a tener, más en mis sueños siempre es al revés. Quiero dejar de soñar, ya me cansé de fantasear, porque se que nada de eso va a pasar.


Duele saber que no volverás; que, a pesar de todo el amor que te di, no te pareció suficiente. Duele saber que después de tanto tiempo, no lograste quererme ni un poco. Duele saber que dirás adiós y que no piensas regresar al lado oscuro de mi corazón.


Cuando eso sucede, cuando veo algo que no puedo soportar, en ese momento suele pasar eso que nadie espera: llorar hacia adentro. ¿Cuántas veces he hecho esto? Es tan constante que ya perdí la cuenta. El día que veas una lágrima por mi mejilla rodar, imagínate que grave es, pues esta vez es tan fuerte que el dolor tuvo que salir. 


Esto se vuelve tan confuso que ya no se ni para dónde voy: aquí, allá, acullá. Donde sea se siente igual: la estúpida sensación de tenerte junto a mi y 
luego voltear y verte tan lejos de mí. Y es que esto tenía fecha de caducidad, algún día tenía que expirar.


Aquí estoy de nuevo, sentada frente a la computadora, puedo ver como se llena de miles de caracteres. Sigo creyendo que si escribiera todos mis pensamientos, me ahogaría en una inmensa cantidad de letras, tantas que ni siquiera tendrían sentido. Pensar se ha vuelto algo muy difícil para mí. A veces siento que estoy desfasada, que estoy viviendo algo que no me corresponde vivir. Miro hacia los lados y todos son tan distintos. ¿Por qué mis problemas no se parecen a los suyos? Ni por milésimas. Hace unos días me encontraba afuera del salón y le comenté a un compañero: "¿Has sentido esas ganas de dejar de pensar? ¿De dejar que la vida tome el rumbo que quiera? ¿De no pensar en las consecuencias de tus actos?" Como era de esperarse se me quedó viendo con cara de "¿y esta vieja de cuál fumó?", se dio la vuelta y cuando estaba a punto de entrar al salón dijo sin mirarme: "Tranquila Karla, las cosas pasan." Qué respuesta: "las cosas pasan." Creo ese es mi problema, las cosas pasan y no vuelven más.


Vale la pena sufrir, porque he aprendido a amar con todo el corazón.
Vale la pena estar en la oscuridad y caer hasta lo más profundo, porque ya no puedo ir más hacia abajo, de ahí en adelante todo va a ser hacia arriba hasta que vea la luz.
Vale la pena entregar todo, porque cada sonrisa y cada lágrima son sinceras.
Vale la pena agachar la cabeza y bajar las manos, porque al levantarlas seré más fuerte de corazón.
Vale la pena una lágrima, porque es el filtro de mis sentimientos, porque a través de ella me reconozco frágil y me muestro tal cual soy.
Vale la pena cometer errores, porque me dan experiencia y objetividad.
Vale la pena volver a levantar la cabeza porque una sola mirada puede llenar ese espacio vacío.
Vale la pena sonreír, porque eso demuestra que he aprendido algo más.
Vale la pena acordarme de todas las cosas malas que me han pasado, porque ellas forjaron lo que soy el día de hoy.
Vale la pena voltear hacia atrás, porque así se que he dejado huella en los demás.
Vale la pena vivir, porque cada minuto que pasa es una oportunidad de volver a empezar.






¿Tuve esa madre 3 años y esto fue lo mejor?
Pinche coraje y pinche pérdida de tiempo.

2 comentarios:

  1. Jajaja. Están buenos... por lo menos más digno de lo que yo escribía en mi Diario de Hi5 y Espacio del MSN. Jajaja.

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  2. Mi bló no se va a morir ni estará de parranda.. Se muda... Jajaja.
    Checa:
    http://cenestpasfini.blogspot.com/

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