15.1.10

La tierra se movió para que miremos Haití.

Ayer comentaba vía msn con un amigo, sobre la desgracia que ha caído sobre nuestros hermanos de Haití. El me afirmó, como nunca antes lo había hecho, que no debería de preocuparme por los demás, que en México hay gente que esta peor, y que no hacemos nada por ayudarles.

¿Qué no debería de preocuparme por los demás? 

¿Qué en México nuestra población esta peor y no hacemos nada?


En ese momento no pude decirle más que:

"Claro, tienes razón. Olvidaba que hace rato fui a la tienda, regresé y encontre mi casa desplomada, al igual que todas las casas de la colonia. No sabes, gracias a Dios mi familia pudo salir. Lamentablemente mis vecinos no corrieron con la misma suerte; solo su hija, la cual tiene mi edad, que estaba con migo en la tienda. Al llegar, a lo que ahora son los restos de mi casa, pude sentir lo que nunca había sentido, o nunca tan fuerte: DOLOR Y DESESPERACIÓN. Mi amiga no paraba de llorar, yo aún no podía comprender todo muy bien, hasta que por fin lo hice: ella estaba SOLA. No sabía qué decirle. ¿Qué le dices a alguien que lo ha perdido todo, menos su propia vida? No oía, no hablaba, no veía bien, solo respiraba. Hasta que regrese a mi realidad, una abrumadora y triste realidad. A la realidad que compartía con más de 100 000 000 personas, pues en ese momento lo supe: un terremoto había azotado al país entero. Así es, no había dejado ni una sola construcción intacta. Si, era espantoso, nadia sabía qué hacer o qué no hacer. Estaba en mis cavilaciones cuando escuche unos gritos, provenían de la casa de mis vecinos. Rapidamente armamos un escuadrón de ayuda, si así se le puede llamar a lo que tratabamos de hacer. Me dolían las manos de cavar entre los escombros, de sacar piedras, restos de muebles; hasta que lo vi, era el miembro más pequeño de la familia que vivía junto a lo que, hasta hace unos minutos, era mi casa: Julio, el pobre solamente tenía 5 años. No se cuánto tiempo pasó, no sé ni qué hora era, solo sabía una cosa: tenía que ayudar. Era insólito, en mi vida hbaía visto a tantas personas llorar, o lo que era aún peor, sin expresión en el rostro. Estaba impactada, en ese momento recorde que teníamos familiares en la colonia, que tenía amigos. Fue cuando comence a correr, corría en dirección hacia sus casas, con la esperanza de encontrarlos sanos y salvos, como se encontraba mi familia. Corría, veía, lloraba, oraba; y mientras hacía eso, me percate de algo que había visto antes, todos, absolutamente todos, estaban buscando a sus familiares, que se encontraban dentro de lo que hoy son solo ruinas. No había llegado a mi destino, cuando escuche un grito. En seguida mis ojos, mi cuerpo, mi mente, se dirigieron a donde antes se encontraba un kinder. Recordé que tenían servicio de guardería y que, por la hora en que había ocurrido nuestra desgracia, se encontraba llena de niños cuyas edades oscilaban entre 1 y 5 años. No lo dude, llegue a lo que era la puerta, y comencé a cavar. No sé en qué momento fué, pero dejé de sentir el dolor en mis manos, sólo quería encontrar a la persona que gritaba. Hasta que lo hice, era una  niña de 3 años. Lloraba. Volteé, para por fin alejarla de auquello (sin saber que "aquello" se encontraba en todos lados), y me di cuneta que más personas se acercaban para sacar a los niños, no me lo dijerón, pero supe que entre ellos había muchos padres de familia. Regresé a lo que era mi meta principal, llegar con las personas que forman mi vida. No sabía cuánto tiempo había estado cavando en el kinder, deduje que mucho, pues comenzaba a caer la noche. Mientras corría vi algo aún peor, las calles se comenzaban a llenar de lo que antes eran personas, se comenzaban a llenar de cuerpos, cuerpos sin vida. No reconocí nungun rostro, por que simple y sencillamente no tenían rostro. Seguía corriendo, y veía como estos cuerpos sin vida aumentaban en número. Por fin llegué a mi destino, para encontrar lo que me temía. Restos. Restos de lo que para mi había significado algo, restos de muebles, de casas, de personas. No podía soportarlo, y comencé mi camino de regreso. Ignoré lo que vi, oi o sentí de regreso a casa, sólo quería llegar. Y lo hice. Llegué.  Aún no sabía nada del tiempo, ignoraba horas o minutos. Solo entendí que algo malo estaba pasando, recorde que mi casa estaba destruida, que no teniamos comida, que no teniamos agua, que no teníamos un lugar donde dormir. Que mi vida, había cambiado lo suficiente para no volver a ser la misma."

Mi amigo solo me dijo; "Ey, regreso en unos minutos, voy al centro de acopio."


Es increible, lo sé. Es fuerte, es mortal, es inaudito.
Es muchas cosas, pero nosotros podemos cambiarlo.
Ayuda a nuestros hermanos, tu y yo sabemos que algún
día eso nos puede pasar. Sabemos que la vida cambia
de un momento a otro, que golpea de frente, que arrebata.
Solo ponte en su lugar.

       

2 comentarios:

  1. Perdonen las faltas de ortografía, cuando pueda las cambio :)



    Garus**

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  2. Hoy tenemos "suerte" o lo que sea que eso signifique, tenemos donde quedarnos esta noche y dormiremos calientitos en nuestra cama, nos sobra tal vez no mucho. pero algo tenemos para ayudar, unos pesos para depositar en una cuenta unos kilos de alimentos o medicinas para enviarlos a los centros de acopio, nuestra esperanza es que lleguen a la gente que lo necesita en Haiti y no caigan en manos de corruptos que ya vez que casi no hay, pero tenemos algo, cosa que nuestros hermanos de Haiti no tienen y lo esperan, no tiene hoy nada de suerte, nunca la ha tenido y hoy menos. Así que si nuestro corazon salta o se estremece al ver la tragedia a lo lejos debemos reconocer lo fragil que es nuestra tierra, nuestras vidas por que mañana es probable que no tengamos tanta "suerte" lo que sea que eso signifique.

    isaias.

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